La poesía experimental en sus múltiples géneros es una corriente interartística que personifica múltiples crisis. Su naturaleza inclusiva e híbrida la hace habitar en los límites de la textualidad, la discursividad literaria y el canon. En sus obras se problematiza el estatuto del libro y la cultura impresa, que cede el paso a una cultura visual, sonora, gestual, digital y performativa. El formato del libro se vuelve marginal y con él la lectura lineal y pasa a representar una forma cerrada, fija y limitante. Lo mismo ocurre con las nociones de originalidad, autoridad y autoría que contrastan con el arte reciclable (pop art, arte povera, junk art) y con publicaciones colectivas, anónimas y con seudónimos (Karen Eliot, 1985; el grupo italiano Wu Ming, Luther Blisset Project, 2000; COSEGA etc.,). Lo marginal también está presente en los materiales usados, en las varias formas de publicación (digital, física, material, blogs, DVD), en el uso de lenguas regionales y géneros intermedios no incluidos como tales en el canon. El formato y los medios (digitales, materiales o textuales), dan significación a estos poemas y cuestionan las fronteras entre proceso y producto, texto y lectura, autor-lector. La democratización y manipulación de las tecnologías con fines ideo-estéticos es otro aspecto integral en la política de (re)presentación del arte experimental. La poesía holográfica, transgénica y la biopoesía de Eduardo Kac son ejemplos de escritura con un lenguaje integrado procedente de la fusión de las ciencias, las tecnologías y el arte. Otro ejemplo en el que las tecnologías digitales actúan como medio interactivo de comunicación artística es el proyecto net.art de Gustavo Romano, artista argentino y fundador del proyecto Fin del mundo (1996- ) que, según él “constituye una amenaza a la idea de género en el terreno de las diferentes disciplinas artísticas”. Su proyecto IP Poetry (Internet Protocol) identificado por él como poesía experimental “se basa en la generación de poesía a partir de la búsqueda en tiempo real de material textual en la web”. Otro ejemplo es el Place–Ruhr “Computer graphic/video installation” (2000) de Jeffrey Shaw que explora sistemas tecnológicos de información espacial en interacción con la estética de esos medios. Se trata de obras abiertas o en proceso de significación. Si hacemos un recorrido histórico por la poesía experimental podemos distinguir tres grandes etapas. Una primera fase sería la poesía de Mallarme y Verlaine que forman los primeros ejemplos de escritura abierta (ref. “obra abierta” U. Eco, 1967). Una segunda etapa sería la poesía concreta (Décio Pignatari, Haroldo y Augusto de Campos, Eugen Gomringer, etc.,), y los libros de artista, entre otros. Y una tercera etapa la constituyen los proyectos de escritura tecno-poética que revelan un caso extremo de escritura donde convergen códigos tecno-científicos, lenguajes (no) materiales y genéticos como el ADN, objetos, imágenes, etc. En su hibridismo de tecnologías y lenguajes este arte no canónico ha contribuido a crear nuevos tipos de expresión cultural mediática y artística (la cultura cyborg, etc.,) y nuevos epistemes.